lunes, 24 de junio de 2013

La relación de las mineras y las ciudades campamento

Por Ingrid Olórtegui - Planificación y proyectos PROESMIN

Niveles de pobreza y proyectos mineros activos

La planificación, la arquitectura y el diseño han sido compañeros escurridizos del desarrollo minero en nuestro país, aunque estos tres elementos sean necesarios para una convivencia armónica entre la mina y la población que la recibe.
Este proceso de planificación del territorio requiere ser integrado a la infraestructura y sistemas urbanos existentes. Un enfoque social y ambiental sostenible es necesario en la concepción de este nuevo orden, aunque en la práctica, esta consideración se distorsione por cuestiones políticas o de intereses particulares, y se agudice aún más su manipulación en el medio minero.
Actualmente existen 168 proyectos de explotación en 332 distritos, de un total de 1834 distritos en el país. Si relacionamos territorialmente la ubicación de los planes territoriales y urbanos, el nivel de pobreza,  y los proyectos mineros a nivel nacional según Ingemmet, podremos apreciar que hasta el año 2009, sólo el 5 % de los distritos contaban con un Plan de Desarrollo Urbano aprobado, y el 8% de los distritos contaba con un Plan de Acondicionamiento Territorial aprobado.
Por otro lado, observamos que los distritos donde existe mayor cantidad de proyectos mineros activos, tenían el nivel más bajo de planificación de su territorio. Resulta interesante anotar que los distritos categorizados en los quintiles de pobreza más bajos, existe una mayor cantidad de planes aprobados.
La normativa establece que luego de haber planteado los lineamientos de desarrollo general se profundicen los estudios y las propuestas a nivel distrital y de localidades, en el caso de la planificación urbana
Pero este proceso muchas veces se basa en la iniciativa de los gobiernos locales, que buscan el ordenamiento de sus localidades sin tener patrones base a nivel macro.
A nivel nacional, no existen casos reconocidos de localidades que hayan mejorado las condiciones de su asentamiento con la llegada de la actividad minera.
Las mejoras en el ornato público, tal como el diseño de las calles o el ordenamiento de los usos no suele ser parte de las iniciativas públicas ni de las privadas.
En este medio la diversificación económica es tan básica que no existen casos representativos en el Perú, de localidades mineras que se hayan desarrollado como grandes urbes a partir de la inyección económica recibida a partir de la actividad minera.

El modelo que prima es el de ciudad campamento poco relacionada con la población del entorno.
El reconocimiento de las potencialidades y problemas de un territorio es la base para proyectar un desarrollo sostenible. La inversión inicial en este tipo de estudios resulta clave para que las autoridades tengan un buen sustento de sus actividades.

Una relación sana con las empresas que se desarrollan en su territorio puede facilitar convenios y asociaciones que beneficien a todos, principalmente a la población.

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